El Castro de las Gaviotas (Castru de las Gaviotas) es una de mis zonas de confort, una de las localizaciones más destacadas de la costa oriental asturiana, la costa de Llanes.
En las cercanías de la playa de la Huelga, de la playa de la Canalona, y muy cerca de la invisible playa de la Canalina se alza está impresionante roca en forma de arco donde las gaviotas tienen una de sus ciudades dormitorio más famosas. Por encima del Castro las vemos volar asustadas cada vez que se asoma el sol sobre el horizonte, o cada vez que este se esconde en horas crepusculares.
La Magia del Castro de las Gaviotas
Una de los momentos más impactantes que nos ofrece el Castro de las Gaviotas es al llegar y caminar a su encuentro... vamos observando la roca en todo su esplendor, en medio del mar cantábrico, pegada a los acantilados pero sin llegar a tocarlos, con sus dos piernas firmes sobre el agua... lo he hecho mil veces y cada una de ellas, me ha encantado y me ha sorprendido. Desde aquí vemos el castru desde un perfil alto, desde los acantilados, pero también se puede ver desde las playas desde un perfil bajo, una visión completamente distinta. El Castro de las Gaviotas se puede ver de diferentes ángulos, y en todos ellos se descubren nuevas sensaciones.
Amanecer con pilar solar en la playa de la Huelga, mirando, como siempre, hacia el Castru de las Gaviotas.
El sol por debajo del Castro de las Gaviotas
Una de mis fotos preferidas de siempre. Solamente durante unos días al año, se puede observar al sol salir por debajo de la roca. Hay que tener mucha suerte ya que se tienen que combinar varios factores: primero la época del año, que el día esté despejado, que el día esté despejado y que no haya bruma, que el horizonte esté limpio, que las mareas quieran formar parte del espectáculo y nos dejen adentrarnos en la playa de la Huelga o en la Canalona (fechas distintas) para poder sacar la foto, y lo último, que ese mismo día, podamos ir. ¿Complicado? mucho.

La foto tiene por título: Camino de la Eternidad
La acompaño de un poema, como en muchas de mis imágenes.
Salgo a buscarte, vida.
Siempre tan expuesta,
a veces, algo escondida.
Sigo tu camino, infinito.
Descubro mi amor.
Desvisto mis sentimientos.
Lanzo mis rayos,
de sinceridad y cariño.
Al notarme te muestras,
tan arrolladora, tan sensual,
tan entregada.
Al verme.
Ese primer impacto.
Efímero como el color
de un amanecer.
Me conmueve y me asusta.
Me descoloca, me rompe.
Me cambia...
Desaparezco a tu roce.
Dejándote sola y triste,
como yo, como nuestro amor.
Me marcho preguntándome por qué.
Pero teniendo claro.
Que este no es mi sitio.
El Castru de las Gaviotas desde un perfil bajo
Entrando tanto por la Playa de la Huelga, o bajando (siempre con cuidado) a la mutante playa de la Canalona, podemos ver el Castro de las Gaviotas al fondo, desde un perfil bajo. La otra opción, como comentaba al principio del post, es verlo desde los acantilados, desde un perfil alto.
Luna Adrados González, cuenta en su recomendable libro "Costa Oriental de Asturias" que antaño, los jovenes de los alrededores escalaban las escarpadas paredes del Castru para robar los huevos a las gaviotas y hacerse unas tortillas. Entiendo que no estaría tan metido en la mar, y que los chavales eran muy intrépidos, ya que ahora mismo veo imposible hacer una cosa parecida.