Haces frente a la tempestad, te muestras inclemente ante el oleaje, los rayos del sol alimentan tu mirada.
Eres tu mismo, viendo el paso de las estaciones, no conoces el miedo, ni la pena, ni el amor.
Grietas que reflejan tu carácter, heridas que interpretan tu pasado, desbocada fuerza interior.
Gracias por no abandonarme nunca, aunque en tu infinita indiferencia no me ames, sé y siento, que me proteges.
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