Bardenas, con acento en la e, «bardEnas», y no bArdenas que llevaba tiempo pronunciando antes de ir a conocerlo, pero es lo que tiene viajar y hablar con los lugareños, que te sacan del posible error y te ofrecen la verdadera visión del lugar, de su lenguaje, de su historia.
Un desierto en mitad de Navarra, ¡pero esto que es!, la continuación o el preludio de los Monegros, a los que siempre observaba curioso camino de Barcelona.
Un poco de información dura y precisa: Bardenas Reales de Navarra son un paraje natural semidesértico de 41.845 ha que se extiende por el sureste de Navarra y tres localidades de Aragón. Sus suelos se componen de arcillas, yesos y areniscas que han sido erosionados por el agua y el viento, creando formas sorprendentes entre las que destacan los barrancos, las mesestas de estructura tabular y los cerros solitarios, llamados cabezos, como el más conocido de todos: Castil de Tierra.
Mi recorrido fue el siguiente: amanecer en Castil de Tierra, también aproveché otro cabezo (son todos muy parecidos) para inmortalizarlo en la hora azul. Después visita a una laguna helada cercana, para terminar la mañana haciendo un rodeo a la zona viendo la mayor parte de la extensión del paraje, llama mucho la atención, realmente parece que estás en otro país. Por la tarde un par de visitas a la zona aragonesa desde donde se podía observar el Moncayo, ya fuera del Parque, que establece la última hora para el transito de personas (salvo excepciones justificadas) una hora antes del atardecer, para que las especies que desarrollan gran parte de su actividad vital por la noche no se vean comprometidas en ningún caso. Pero es que al lado hay un campo de tiro aéreo del ejército, además de ser el único campo de tiro aéreo del que dispone el Ejército español y la Alianza Atlántica (OTAN) en Europa. Si con eso no se asustan las pobres aves y demás fauna…